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UN AMIGO

Actualizado: 11 nov 2019

Jesús no pide una amistad inolvidable, la ofrece.

Una amistad, creo yo que es fundamental en el desarrollo del ser humano porque te centra, te guía en momentos difíciles, te encausa, te aconseja, te ayuda y te da un abrazo cuando tienes el alma rota.

Siento que por este motivo es que nosotros los jóvenes siempre buscamos un amigo para compartir nuestra vida. ¿Y sabes? Esto que te digo no está lejos de lo que el Señor Jesús ofrece cuando estás a sus pies, lo escribo porque en La Palabra del Señor podemos ver amistades como la de los jóvenes David y Jonatán; el lazo de confianza que construyeron Nohemí y Rut, pese a que eran suegra y nuera; la inquebrantable comunión que tenían Elías y Eliseo, y puedo mencionar muchas más que nos han mostrado que una buena amistad se convierte en una hermandad. “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia” (Proverbios 17:17)

En este mensaje, texto o fragmento quiero demostrarte con Jesucristo, que no hay nada en lo que Dios no haya pensado para el bienestar del ser humano. Dios nos creó y sabe que necesitamos personas a nuestro alrededor que comprendan nuestros días más radiantes y nuestros días más oscuros. En mi caso siempre anhelé una amistad que me llenara el alma y saben la logré obtener solicitándosela a Dios, cuando eso pasó en realidad fui yo la que se convirtió en amiga, porque miren lo que hizo David por amor a su amigo:


Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?

Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo.

El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.

Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar.

Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar.

Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo.

Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.

(2 Samuel 9:1-7)

Es decir, cuando anhelas una amistad e incluso la tienes debes ser tú quien de todo por la otra persona que te ofrece su amistad. Cuando en el inició les decía que el estar a los pies de Jesús te permite vivir una vida plena incluye tener la amistad que deseas para ti, pero quiero decirte antes de dejar de escribir este texto que: Jesús es el mejor amigo del mundo, lo digo porque me lo ha demostrado desde que por su gracia me encontré con Él. Conócelo por ti mismo, y deja que la bondad de Dios te cambie desde el interior.


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